viernes, 15 de enero de 2010

Dos mil nueve


Es alto. Algo más alto que el anterior, pero definitivamente más pequeño que Dos mil siete. Ese sí que era colosal. Sus manos nigérrimas podrían atrapar un perro de caza con facilidad, qué lástima que se ha ido.

Dos mil nueve nació viejo, jodido, con deudas que no eran suyas, derruido por quienes le echaban la culpa de algo que él no había ocasionado. Arrastraba el pesar de una batalla con muchos antagonistas y sin algún protagonista. Nació distinto en todos lados –porque nació en muchos lugares-, en España nació siete horas antes que en Sudamérica, y en Australia casi dos veces antes, pero igual nació jodido. Nació con más preguntas que respuestas, como un agnóstico. Sin embargo, ya se fue y lo voy a extrañar como a tantos otros que conocí.

La primera vez que abrí los ojos vi a un tal Mil novecientos ochenta y ocho, aunque solamente lo vi, nunca logré entenderlo. Y así, he ido viendo a tantos otros Mil novecientos y tanto y Dos miles y pico. A los de más atrás recién los conocí cuando un día, por causalidad –y no casualidad- escalé el estante donde mi abuelo guardaba sus libros. Ahí conocí a otros que ni siquiera tenían Mil en sus nombres y otros que, como apellidos, llevaban inscritas las siglas A.C.

Dos mil nueve era el último de diez hermanos. Una camada de parientes que trajo consigo una revolución si los comparamos con los Mil novecientos noventa. Pero uno a uno se fueron extinguiendo en el olvido, quizá como –para muchos- ya lo hizo Dos mil nueve.

La misma noche en que se alejó por el portón de las memorias, encontré a un joven en la puerta del baño de un bar y me contó que también lo había conocido y que lo iba extrañar. Se llamaba Fabricio. De sus labios brotó la frase que me confirmó que el negro Dos mil nueve fue excepcional. “Dos mil nueve me enseñó que no existe mayor demostración de amor que aquel que da la vida por sus amigos”.

2 comentarios:

  1. 2009 me entonó con voz bajita que ya se iba y le recordaría, me dejo preguntándome cuantos jóvenes robles y hojas de abriles este año caerán.

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  2. Gran texto, sobre todo gran idea.
    Me gusto mucho.

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