miércoles, 26 de enero de 2011

El (buen) humor



Nota: Alfredo Bryce es de los mejores escritores que ha dado este país, y me considero un asiduo lector de su obra y admirador hasta los huesos de su peruanidad…pero Rossell es un capo y esta caricatura le salió genial.

Me es inevitable mencionar nuevamente al gran Cortázar, y es que el cronopio tenía siempre la explicación precisa, agudísima pero muy sencilla, de aquellas pequeñas situaciones que pasan volando ante nuestros ojos. En una entrevista que le realizó el periodista español Joaquín Soler Serrano, en el año 1977 –y que pude conseguir gracias a estos benditos programas de descarga por internet- el argentino nacido en Bruselas, nos hace recordar la importancia del humor en la literatura y en la vida misma; y hace una distinción entre el humor latinoamericano (más chabacano, gritón, obvio, burlesco y grandilocuente) y el humor anglosajón (satírico, ácido, inteligente, introvertido y que viste de frac). Lógicamente el fenómeno al que varios alaban –y que a mí me parece sobrevalorado- llamado globalización, ha hecho posible la mezcla y la adopción de otras costumbres en estos más de treinta años que han pasado desde aquella entrevista.

La generalización es el paso previo al prejuicio y la intolerancia, pero hoy no me pondré solemne ni mucho menos estirado…y gracias Soda Stereo por la distención. “He dejado las drogas y el tabaco, y las mujeres me han dejado a mí, qué dura es la salud y el celibato”, y no lo digo yo, sino Joan Manuel Serrat. Al oírlo me pregunto ¿Se puede reír y estar de buen humor por eso? Y mi respuesta va acompañada de una sonrisa, una bocanada y un abandono de ventana: Sí.

El día en que ya no pude llorar por la ex novia, solo me quedó reír. El día en que se murió mi abuelo también reí, al igual que cuando se fue papá, mamá, cuando me botaron del trabajo o cuando me liberé de mis antiguos jefes y me quité la corbata para no volver jamás. Tenía un buen humor ese día de la auto exclusión, así que me fui caminando por Larco en la mañana, sin dinero en los bolsillos y con un cigarrillo húmedo entre los dientes. Me reí cada vez que Perú perdió en las Eliminatorias, en la Copa América, en el Sudamericano, y me río cada vez que sigue perdiendo. Toda esa risa llega luego de media hora de fastidio constante, como también puede ir combinada con este. Me reí también cuando me dijeron “Ya le dije, pero me ha dicho que tú no le gustas” , “No nos llame, nosotros lo llamaremos”, “Hemos rechazado su solicitud”, “El baño está ocupado”, “Te cobro cincuenta céntimos si quieres entrar”, “No eres tú…no, la verdad sí eres tú”, “Creo que estoy embarazada”, “No lo estaba, ya me vino”, “Eres negro, por eso”, “Hoy no fío, mañana sí”, “Tiene 14 años, no seas pendejo”, “Ya fue, las flacas se van con nosotros, broder”, “Lo siento, tengo novio”, “Trabajo de lunes a viernes y los fines de semana no puedo”, “Me debes dinero”, “Su servicio está restringido….”, “Este es un mensaje de Claro…”, “Dice que ya no viene”.



Lindas frases, todas y cada una de ellas. Antes de una buena carcajada, se encontraba la molestia, el hastío y la frustración. Pero esas son pequeñas cosas que nos ocurren y que nos joden, pero casi nunca nos duelen “Estamos a punto de botarte de la universidad”, “Un memo más y estás fuera”, “No le queda mucho tiempo, así que prepárense”, “Te fui infiel”, “Ya no te amo”… a ver, ríete en ese momento ja-ja-ja-ja. Casi imposible ¿O no?.

Para el buen humor está mi soledad, y con la soledad se convocan a esas musas que cobran, pues a diferencia de Serrat yo no las tengo en un armario, sino en un teléfono. Mi buen humor también está plagado de palabrotas, majaderías, homofobias y xenofobias y quien diga lo contrario o se ponga moralista, miente. Todos hemos ‘jodido’ , pues así se dice, joder; a un tipo de gay, de negro, de cholo, de blanco desabrido y desorejado, a una flaca de gorda, aunque el término conviva en las antípodas, a una flaca de fácil, de aburrida, de obtusa, a un amigo de pisado, cachudo, arrastrado, drogadicto, poco inteligente, muy inteligente. Está bien, el humor nace de mi prejuicio, es mi ventana para poder gritar a todo pulmón que soy un ser contentamente imperfecto y que así me voy a morir pues mi humor no es deshonesto, sino putañero.

En los peores momentos que me ha tocado vivir, en los golpes y en las ilusiones, siempre he tratado de reír “Ríete por lo menos una vez al día”, me dijo mi abuelo Andy alguna vez, y ese consejazo, se lo he tratado de transmitir a todo aquel que alguna vez me dijo “Leo, qué hago, no me siento bien”. Así que hoy, río de mi mismo y de ciertas desgracias también. Mi buen humor es políticamente incorrecto, no es digno de un príncipe, de un presidente o de un duque, pero es digno de mi alma, de las melodías que navegan entre mis arterias como si fueran barcos camaroneros Bubba-Gump.

"Detrás de cada hombre hay una gran mujer. Detrás de ella, está su esposa". Groucho Marx.

"A fin de cuentas, todo es un chiste." Charles Chaplin.

"Entran dos amigas a un ascensor y una le dice la otra:
-Che , qué olor a pija hay acá adentro.
Y la amiga le dice:
-Perdoname, es que se me escapó un eructo". Yayo.