domingo, 12 de septiembre de 2010

Sobre la noche, lo bizarro, la música y las personas gramaticales

En una reivindicación con las palabras, con un abrigo gris entre rata y burro, entre cannabis y Pall Mall rojizo, luego de un día de tallarines a la pimienta, mucha vida, dos sonrisas y una ceja levantada, entre todo eso, sigo oyendo parlamentos incomprensibles para los de lentes alargados.

Nietzsche, al decir que la vida sin música no tiene sentido (y no lo cito, lo utilizo de manera indirecta –porque lo utilizo al igual que otras tantas cosas-), utilizaba sus últimos suspiros para creer. Sin desesperanza, solo, entre estos muros pintarrajeados y azules y gruesos como un chorizo, sonrío, sonrío luego de haber olvidado llamar a un amigo por su cumpleaños; él entenderá “Si el amor conforta, lo demás no importa”, dice un verso de esa canción que, en algún momento, logró atrapar un par de mis lágrimas.

La noche en Lima fue luminosa, plagada de sueños y besos, sin mentiras ni flagelaciones. Algunos taxis muy distintos: Coupé blanco, Station Wagon amarilla, Daewoo negro; y también un bus verde y rojo, danzando entre callejuelas, portando un par de cabezas con muchos planes y una a la que ya se le están borrando.

Lo bizarro transcurre cuando el ex novio de la muchacha con la que sales te la deja como un testimonio en una carrera de postas, te la alcanza como un pedazo de lomo en una bandeja y observa con pena como se alejan caminando uno al lado del otro; y luego, esa mujer que ahora es la ex novia de alguien, y tú, llegan al lugar donde llega tu ex novia con un tipo al que tú jamás se la hubieras entregado como un testimonio, ni como una encomienda, ni siquiera como una cerveza, definitivamente jamás como una cerveza. Y se presentan todos entre sí. Ex novio se topa con ex novia y saluda con un beso en la mejilla. Ex novio saluda al novio con un apretón de manos. Ex novio presenta a chica con la que sale a ex novia. Ex novio presenta a chica con la que sale a novio. Un ritual generalizado que deja los cachetes de baba, que pone a prueba tu estoicismo.

Verla a los ojos es todo lo que necesito para completar mis días (¿De la ex novia o de la chica con la que sales?) ¡Dejá de hacerte el pelotudo con los chistes de ex novias!

Pasajera en trance. Recuerdo haber escrito un texto llamado “Pasajero en trance”, que probablemente encuentren más abajo al deslizar el cursor o en las siguientes páginas. Grandes Pedro y Charly. Ahora “Yo quise el fin no había más, yo quise más no había fin”, frase de la canción Tu amor, también de Pedro y Charly. Realmente es el inicio de la canción, y se la acabo de pegar en la ventana de la chica con la que salgo.

Las noches huelen diferente con el paso de los años. Las calles ahora se inclinan poco y las miradas se ponen más alerta dentro de una ciudad que se enfría. Tú andas completamente igual a como te dejaron hace 5 años, no has cambiado nada, ni te creció el cabello, ni aumentaste el peso, ni leíste más libros, ni probaste más drogas o te fumaste incontables cigarrillos, no. Tú andas exactamente igual y lo que cambió fue la ciudad, fue la noche, que anda más lila que de costumbre, que parece durar menos, que te incita tanto como un demonio con el que me identifico.

¿Creerá que la quise usar? Si su alma dice lo mismo que sus ojos, sé que no lo cree (en el fondo quizá un poco, pero aún así lo acepta), sin embargo depende de mí si le creo cuando me dice que sí me cree. Usar, no. Vivir, sí. Supongo que lo bizarro no solo me chantajea a mí, a ella también. Si cambiamos al ángulo inverso es: ex novio que me acompaña donde el chico con el que salgo porque no quiero que sea mi novio, y que me llevará a un lugar donde conoceré a su ex novia y a su novio. Después, en la esquina derecha, ex novia y novio bailando y besándose, al otro lado, chico con el que salgo jodiendo por un beso y jaloneándome de vez en cuando. Siendo un tonto al no querer decirme ciertas cosas en las que sí lo entenderé, como cuando me pregunta si su papá estaría orgulloso de él. Beso para él ¿Contento? No era para estar contento, era porque no te había besado en toda la noche y porque besarse en público te molesta, porque no somos novios (¿Ves que hay diferencia?) (Pequeña broma) Igual rompiste con una barrera cuando te es difícil controlar tus labios (sabes de qué hablo). Sí, lo hice.

La música se volvió un estado consciente del que no me canso. La noche sigue su curso por los rieles de mi vida y otras millones de vidas más. Tiene más polvo, más fantasmas, cambia, sé que es ella la que cambia y no yo. Yo estoy igual solo que al cambiar la noche me devela nuevas puertas y me revienta trompetas en los oídos, nuevas personas, nuevos genios. Lo bizarro me lo busco yo. No hay vida normal. La chica de las cejas y ojos grandes sabe que no. Que ha sido una época bizarra y lo seguirá siendo: que se trascendió la usanza y se llegó a la vivencia.

Gran chullo montado sobre la escoba con el aroma adictivo del café y los cigarrillos… impresos en una piel indomable.

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