miércoles, 14 de julio de 2010

Orgulloso de sus amigos



La primera entrada del mes de la patria, del mes de la finalización del Mundial y del último de los pronósticos del pulpo Paul, del calateo con caché de Larissa Riquelme, del nombramiento del nuevo entrenador de la blanquirroja (Vamos, Sergio), del mes de vacaciones universitarias y escolares, el que trae aguaceros sin lágrimas y follaje, hojarasca y ramaje desordenados y ventosos.

Son casi las cinco de la mañana y aún, gracias al húmedo invierno, faltan horas para que aclare el día. Desde el último post me he dedicado a escribir y leer mucho, aunque me he dado cuenta que aquí no puedo publicar esas líneas que de simpáticas tienen muy poco (por momentos). Mis cuentos los guardo para mí –por ahora-, los únicos tres poemas que escribí también quedarán sepultados entre los escombros de papel que decoran cochambrosamente mi pieza.

Esto se lo dedico a mis amigos que, considero, van camino a ser grandes hombres. El orden es aleatorio y no tiene nada que ver con algún tipo de jerarquía sentimental o considerativa.

Flaco, enjuto y corajudo. Fabricio Escajadillo, siempre recordaré aquella frase que desasna al hombre que se aventura por la vida: “No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos”. Estoy tan orgulloso de ti que nunca dejo de ver tus reportajes en canal 2 (así como no dejaba de leer tus notas en el diario por más aburrido que fuera el tema) Eres un gran fulano, describirte estaría demás. Algunos piscos, algunos porros, tantos cafés y largas caminatas. El pecho se me infla cada vez que digo “Ese es mi amigo, el que entrevistó a Markarián, el que sabe mucho y me recomendó tan buenos libros. Escribe muy bien y no es ningún pedante, como dicen algunos por ahí”. Qué suerte tengo, viejo. Eres un grande.

Alfredo (Alonso) Ponce. Vampi. Siempre dije que eres un tipo mucho menos malicioso de lo que yo soy. Vanessa ha tenido suerte de encontrarte. Te conozco desde que tenía recortables y aprendía a saltar las tres gradas en patines. Ahora eres todo un señor comunicador que está a punto de dar a luz a su productora. De tu parte nunca me faltó un abrazo, un poco de compañía o un chaufa del Chany. Siempre estaré orgulloso de ti y de haber conocido a alguien con quien fui por primera vez al estadio de Matute a ver un Alianza-San Agustín (Tribuna Oriente, 3 -1 triunfo blanquiazul). Gracias.

Manuel Aquije. Pastelero, drogadicto y fumón. No eres ninguna de las anteriores, lo sé. Mi amigo el papá, el tipo que tiene mi edad y que ya debe transmitirle todo lo que sabe a un enano de 5 años (Yo estaría volviéndome loco para ser honestos). Mi casa es mi casa y tu casa…también es mi casa. Me pasé casi dos años durmiendo un promedio de tres veces por semana en aquel cuarto de la computadora, luego de llegar de ya sabes dónde. Compartimos muchos vasos de whisky y cerveza viendo videos en línea y pensando lo molestas que son nuestras novias. Eres un tipo de gran corazón y de buenas intenciones.

David Lazarte. Qué tales huevos (de manera figurativa) Se ha comido más de una desaprobación, pero aunque no te defendí cuando el loco lava carros te sacó la mierda debajo del edificio, siempre te voy a querer por tener esa determinación que ya quisiéramos algunos. “Me voy a casar”, estás loco; “Está embarazada” , eres un imbécil. “Me voy a Arequipa”, eres un homosexual; te dijimos cosas que quizá a otro hubieran hecho desistir, pero tú sí que le diste con furia para adelante. Nunca te olvides de eso, tienes un aplomo muy jodido y siempre una sonrisa, aunque a veces te largues a dormir tan temprano y seas un cachorrito jugando póker. Grande Pa….to.

Chiki. Jano. Alejandrito. Alejandro Avilez. Mi hermano blanco, quizá si busco una explicación dialéctica o filosófica, e incluso sociológica, de por qué somos buenos amigos, no la encuentre. Pero en otros términos sabes que somos como uña y mugre. Si me están matando a las 3 de la mañana en Chaclacayo y te llamo a pedir ayuda, y tú estás en el Callao, sé que vas a ir sea como sea: lealtad. Honor. Estoy muy orgulloso de ti por miles de cosas, tú sabes bien por todo lo que pasaste. Han sido episodios feos que te han fortalecido. Quizá la vida no siempre se presente con los rayos del sol impresos, pero nunca es de noche para siempre. Ese día en que me elegiste para jugar fútbol en tu mismo equipo…ese día marcó otros miles de días en el que siempre te protegí. Jamás dejaré de hacerlo.

Otro flaco, siempre flaco, siempre alegre y putañero, cagón con sonrisa y muy honesto, vicioso como yo y jodidamente inteligente y culto. Ricardo Claret. A ti te debo un gracias gigante que ni muchos vinos podrán pagar. No creí poder conocer amigos de verdad a esta edad tan avanzada (Tus amigos los haces hasta los 12…16 con suerte, 18 si es que tienes plata), pero cómo es la vida de misteriosa y disimulada, fantástica, borgiana y surrealista (y bizarra). Gracias a ti no me volví loco, encontré a alguien lo suficientemente elocuente para manipular y direccionar mi cerebro y parte de mis emociones. Con buenos vicios y gran talento. Vas a ser un gran hombre (si es que ya no lo eres). Siempre será un privilegio compartir un habano contigo. Ando tremendamente orgulloso, mi hermano.

Todo esto es culpa tuya, Damián, tú y tu plan de mierda. Pervertido, caviar, revolucionario de café y soñador de realidades utópicas. Ese es mi amigo, el que algún día será presidente y, o bien se olvida de mí, o me manda de embajador a Francia o me regala un Ministerio de Cultura que aún no existe. De los mejores guitarristas que alguna vez oí, de los tipos más cultos (pese a su juventud) y con mejor gusto musical que conozco. Eres un persigue púberes, parvulitas que esperan un desfloramiento natural pero que tú tienes la necesidad de acelerar. Algún día viviremos en un cuarto digno de ratas y borrachos en París, solo para ir a La Sorbona o tomarnos un café Les Duex Magots, donde alguna vez Sartre y Hemingway supieron organizar tertulias macanudas.

Yo nunca prometo nada que no pueda cumplir, y ustedes ya conocen mis aficiones por el oficio de la pereza. Pero esta vez prometo escribir un segundo, un tercer y cuanto post se tenga que escribir para complacer a aquellos amigos que no están aquí y que saben que también estoy muy orgulloso de ellos, aunque a veces los tilde de maricones, extremistas, capitalistas, rojos y vagos.

Es un privilegio conocerlos. Gracias a ustedes, en gran medida, soy quien soy en este momento. Luego de las diferencias, las peleas, las carajeadas, los llantos, los cigarrillos y las puteadas, puedo decir que se puede calificar a un hombre de exitoso de acuerdo al grado de lealtad y amor que le tengan sus amigos.

“La vida es como una pieza teatral, no importa cuánto haya durado, sino cuan bien haya sido interpretada”

Séneca

2 comentarios:

  1. Bravazo nerito, cada post esta más bueno que el anterior, me has hecho recordar el barrio de de los alonsos, leos, davids, pedros, francos, y de los que vienieron después también.
    Grande negrito! sigue asi!

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  2. fumon...el bebe tiene 4 años...y dice ser amigo (una cagada) ja...alucinante post

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