Lo único en lo que se equivocó Borges: "El fútbol es popular porque la estupidez es popular. Once jugadores contra otros once corriendo detrás de una pelota no son especialmente hermosos". Opiniones e interpretaciones del fútbol universal.Originalmente este era un blog dedicado a la difusión de noticias futbolísticas, debido a mis últimos ataques de espontaneidad he tenido que permitir la inclusión de -como les llamo- "entradas extraordinarias".
miércoles, 28 de octubre de 2009
Con los ojos cerrados
Los escalafones iban soportando el peso del cerebro que creía iba necesitar para reproducir sus tozudos vocablos <<Cómo fue, no sé decirte cómo fue, no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré>>. Había derramado sobre su hígado y su intestino grueso aquella frasecita del color de las manías que hacía con los dedos en el aire. Él no pudo encontrar la última botella de cerveza que quedaba en la nevera, así que fue al bar. Cuatro botellas doradas y albicelestes, ubicadas con perfecta simetría delante de las cajas verdes de whisky y al lado de una damajuana vinera, no tenían peso. Se les había esfumado el líquido por el pico y no por los poros.
A cinco minutos del arrabal y a diez del centro vivía él, postrado en un sillón incómodo, con las maderas carcomidas, marrón, que yacía delante de una ventana por la que vislumbraba el mundo entero mientras encendía con fuego los papeles bicolores de la guerra. Sin una botella de cerveza, solo con los papeles bélicos y oyendo al negro que se las había tomado todas <<Cómo fue, no sé decirte cómo fue, no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré>> empezó a bosquejar las líneas oblongas del orbe que paseaba delante de él. Sus bocanadas de humo le maleaban el carácter y lo hacían reír y llorar por los efectos del desgarro visceral. Había bajado por una cerveza y no encontró alguna.
Él creía poder emular a los muertos, creía que podría trasladar sus testamentos implícitos que los habían puesto bajo tierra, pues él los recordaba, los recordaba a diario empuñando los ojos en el paraíso, en aquel sitio de transfiguración que ni Dios podía penetrar, en la purísima levedad de su ser mítico <<Cómo fue, no sé decirte cómo fue, no sé explicarme qué pasó, pero de ti me enamoré>>. Él no iba a morir, no todavía, hasta demostrar que el ser onírico no era mítico, que lo acaba de descubrir sin guarecer en sus sueños.
Veintidós años. Soy el futbolista que nunca fui y un escritor que aún no soy. Produzco poco, lento, y desordenado. Duermo hasta tarde y sin ropa. Soy Editor General de una revista de mujeres y trabajo en una productora audiovisual del mismo nombre que esas series que producen adicción: CSI. Lector compulsivo y abusivo, pero que a veces se distrae. Nací y crecí -aunque todavía sigo creciendo - en un barrio de clase media baja de Lima, Perú. Mi padre es blanco y mi madre negra, mis familias provienen de mundos opuestos (culturalmente hablando). Me dicen "negro" y nunca he tenido problema con ello. Ecléctico hasta la muerte, por eso no encajo tan bien en ninguna de las familias. Mi padre y mi madre están lejos, vivo con mi abuela y la quiero mucho. Vicioso de las cosas que me gustan. Chapado a la antigua,para unos, liberal para otros ¿Bipolar? No, solo inteligente. Amigo de personas mayores. Fumador empedernido. Amante del fútbol. Amante de Mario, Julio, Gabriel, Fiodor, Julio Ramón, Alfredo, Jorge Luis.
maaaaaaaaanya!!
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